Por: Jaume Pérez
En estos días de frío y celebraciones, todavía se conserva la
tradición de las familias que tienen bancales con olivos de acudir a
los mismos a “fer olives”. Como nos recordaba Bertomeu Beltrán
en un artículo que escribió a principios de los noventa y que
transcribimos, ya que no ha perdido su vigencia, a principios del
siglo XX todavía existían en Petrer varias almazaras caseras.
En
aquellos años no tan lejanos las almazaras particulares se componían
de un rulo de piedra maciza donde se chafaba directamente la
aceituna; una prensa manual donde en los cofines de esparto se
apilaba la pasta generada; una gran fogata con la caldera para
calentar el agua, imprescindible para esta labor; un hoyo,
“alcacería”, donde se depositaba todo el líquido, quedando el
aceite flotando por su menor densidad, pudiendo ser recogido con
mayor facilidad.
Como ocurría en todos los procesos tradicionales,
no se desaprovechaba nada, y el orujo era utilizado como pienso para
gallinas, conejos y la crianza de cerdos. Existía una almazara en la
calle Numancia, siendo propiedad del tío Julio “el de Pepo”,
conocido por su actividad alfarera.
Según Beltrán, que se basa en
testimonios orales, indica que estuvo funcionando hasta finales de la
década de los años 20. Esta almazara tenía un régimen de
explotación, es decir, el agricultor cosechero debía pedir la vez y
cuando ésta llegaba, aportar peón y caballería, puesto que tenía
que ir esparciendo su aceituna en pequeñas cantidades sobre un piso
duro y circular donde un rulo de piedra cónico tirado por una
caballería iría pisándola a la vez que deslizaba la papilla hacia
la canal. Allí se recogía y se iba depositando en una gran bandeja
para ser colocada bajo la prensa manual.
A estas prensas manuales de
rosca sinfín se les incorporaba una viga larga de madera,
introduciéndola en su orificio. Otra almazara era la existente en la
confluencia de la calle San Bartolomé con la de Sancho Tello, donde
actualmente se ubica “El Super”. La Cooperativa Agrícola y Caja
Rural de Petrer la instaló, tras su traslado desde la calle
Numancia.
Esta almazara estuvo en funcionamiento durante 35 años
siguiendo primero con la prensa a mano modernizándose posteriormente
con la incorporación de un tubo sinfin elevador, un par de potentes
prensas hidráulicas y mejor sistema de agua caliente. El espacioso
recinto disponía de silos en su sala-almacén para comodidad de los
productores.
En sus últimos años se aprobó el cambio de régimen,
pasando de molturar cada cual su propia cosecha al régimen
comunitario, que consistía en entregar la aceituna recién cogida al
almacén común y cuando finalizaba la campaña, se limitaba a
recoger el aceite del depósito. La Cooperativa Agrícola no quedó
ajena a la expansión que se produjo en la década de los sesenta,
por lo que deciden trasladar la almazara en el año 1964 al solar de
su propiedad en la calle Sax, estando en funcionamiento hasta 1988.
Para el montaje de esta almazara se aprovechan las prensas
hidráulicas, básculas y pequeños artilugios que ya existían en la
de Sancho Tello. Los rulos cónicos se sustituyeron por un molino
triturador; se instalan pilas para un primer lavado de la aceituna;
se mejora la caldera de la calefacción; se construyen balsas de
depuración y se instalan grandes tinajas de polietileno para el
almacenamiento del aceite.
Las inquietudes por modernizarse de los
rectores de la Cooperativa Agrícola, con los nuevos reglamentos y la
integración en las cooperativas valencianas, dio lugar a finales de
los ochenta del siglo XX a la fusión con la Cooperativa Vinícola
“San Isidro” en la Avenida de Elda y se decidió montar una
almazara con los adelantos técnicos más apropiados en aquella época
y que todavía está en uso.
Se incorporó la sala de análisis que
permitía averiguar, al extraer de unas cuantas aceitunas elegidas al
azar de la partida que entrega el cosechero, la cantidad de aceite
que corresponde por cada kilo. La primera cosecha extraída fue la de
1989.
PARA SABER MÁS:
Para saber más de este tema, se puede consultar
el artículo “Almazaras siglo XX” escrito por Bertomeu Beltrán
Rico en la revista Festa del año 1991 y también hay datos y las
fotografías que ilustran esta sección en el monográfico Tierra,
créditos y agua. El cooperativismo agrario en Petrer. 1908-2008,
coordinado por Xavi Amat y editado por CaixaPetrer, el Ayuntamiento y
la Diputación de Alicante.
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