La manzanilla es una planta medicinal, fácil de cultivar ya que
solo necesita un riego regular y estar protegida del sol directo. Se
caracteriza por sus pequeñas flores blancas parecidas a las de una
margarita, con un diámetro de 1-2cm
Una de las formas más sencillas
de plantar manzanilla en una maceta es mediante plantón o plantel
que se puede adquirir en un establecimiento especializado en
jardinería o cooperativa agrícola. A la hora de elegir el plantel
hay que tener en cuenta que esté fresco, saludable y que presente un
follaje robusto y sin flores, descartando aquellos que puedan mostrar
signos de plagas o enfermedades. Otro elemento importante es el
macetero, lo recomendable es que tenga una profundidad de entre
35/40cm, un diámetro de 34/39cm, de barro o terracota y con agujeros
en el fondo para facilitar el drenaje.
Antes de empezar a plantar la
manzanilla, debemos colocar gravilla en el fondo del macetero para
mejorar el drenaje del agua. A continuación, rellenando hasta la
mitad de la maceta con sustrato, compuesto por partes de tierra negra
y una de arena de río, colocamos en el centro el plantel y seguimos
llenando el tiesto con el mismo sustrato. Una vez se haya plantado la
manzanilla, la maceta se debe de colocar en un lugar con mucha luz
solar pero sin que la planta reciba directamente los rayos solares.
La manzanilla necesita un suelo bien húmedo por lo que se recomienda
regar la maceta con frecuencia y agregar una capa de mantillo para
conservar la humedad de la tierra pero hay que evitar que se
encharque y no mojar las flores durante el riego para que no
ennegrezcan.
Además, de vez en cuando, es aconsejable retirar las
flores marchitas y recortar la planta para incentivar la floración.
La cosecha se iniciará en el momento en que la mayoría de las
flores se hayan abierto y solamente se recolectará aquellas que
estén totalmente abiertas, procurando no cortar hojas y tallos. Como
todas las flores y plantas, la manzanilla también puede contraer
enfermedades aunque es capaz de repelar a muchas de ellas. Las plagas
más comunes que atacan a la manzanilla son los pulgones y los trips.
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